Crear una Parroquia en la Costa de Curicó tenía un gasto en dinero que en aquellos tiempos el gobierno no estaba dispuesto a asumir a pesar de que caraudaba y administraba el diezmo, por encontrar un gasto injustificado.
Una parroquia significaba construir una iglesia, una casa parroquial y además mantener un párroco con un sueldo, que llevara los registros de Bautismo, Matrimonio y Defunción.
Hacer esta inversión solo se vino a justificar en 1710, según Enrique Espinosa (geografía descriptiva de la República de Chile - Imprenta y encuadernación Barcelona - Santiago de Chile - 1987).
Las primeras partidas asentadas específicamente defunciones datan del año 1683, antes de esa fecha nuestro territorio (Lora) pertenecía a la Parroquia de Santiago, porque al parecer no hay otra erigida con anterioridad. Hago presente que asistían espiritualmente en esta zona diverdos conventos de órdenes religosas, como los Franciscanos de Curicó, San Pedro de Alcántara y Mercedarios de Chimbarongo.
Entre la Parroquia de Vichuquén y el Convento de San Pedro de Alcántara se reparte la asistencia espiritual de toda la costa de Curicó.
Se erigió a Lora en Viceparroquia y otra Viceparroquia en Quelmen. Esto sucedió a fines del siglo XVIII a Raíz de su gran congregación y sobre todo extensión. Eran atendidas por un párroco y un Teniente cura. La Viceparroquia vive hasta hoy, entre los datos entregados por don rené León quien nos cuenta que en un tiempo el encomndero a cargo había convertido lo que hasta ese momento era la capilla una construcción de paja y barro, en una curtiduría.
Mas adelante un cura de Vichuquén se queja y da súplicas de las tristes condiciones en que se encuentra la parroquia, arruinada, falta de ornamentos, aseo y casi en grado de indecente.
Según cuenta don Mario Manríquez Guerra (Ex-profesor de Historia del derecho en las Universidades de Chile, Católica y Gabriela Mistral), sus tías Guerra Toledo, decían cuando eran jóvenes (1884), que se construyó la actual iglesia de Lora en terrenos que donó el padre de doña Ursula Fuenzalida de Barrios y Doña Graciela Fuenzalida, cuya sucesión conserva hasta hoy el dominio de las propiedades que rodean la actual iglesia. Pero tiene que haber existido otra capilla anteriormente, porque tanto el abuelo de Don Mario Manríquez, llamado Jorge Andres Guerra Toledo, y sus hermanos fueron bautizados en la capilla de Lora antes de 1880.
Cabe destacar la construcción de la actual iglesia de Lora, con colosales paredes de adobe de casi un metro y medio de espesor, treinta metros de largo, una altura de seis metors hasta el encielado, un ancho de ocho metros. También nos presenta dos corredores laterales, el izquierdo de tres metros de ancho, veintiséis metros de largo y una altura de tres metros, el corredor es de las misma características exceptuando el largo que es de treinta y tres metros.